Opinión: "El mundial de vela y la duna escalonada de Santander"
La oportunidad de Weymouth como base de la vela en las olimpiadas no la hizo construir una duna escalonada, la naturaleza fue su opcion
La ciudad costera de Weymout, nada sospechosa en el tema de la Vela, ni en ningún otro. Ciudad esta que lleva celebrando año tras año una competición tan importante en número de participantes al Mundial de 2014 y que es su Semana Olímpica, y que durante 2011 y 2012 ha celebrado los eventos más importantes de la Vela, como son la Preolímpica y los JJ OO de Vela. Desde luego no ha desaprovechado la oportunidad que estos importantísimos eventos la han proporcionado, pero en Weymouth, como todos hemos podido ver durante los JJOO, su oportunidad no consistía en una “duna escalonada”, sino que al mundo entero ha mostrado, a parte de las regatas, las que sí que eran su verdadera oportunidad, el “prao” desde donde la gente seguía las competiciones, demostrando una madurez y un saber estar acorde con la circunstancias.
Tras la lectura de la opinión que el Sr. Alcalde de Santander hace en su artículo publicado en el Diario Montañés del 19 de Agosto de 2012, en el que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, nos da su opinión sobre las oportunidades que el Mundial de Vela representará para nuestra ciudad. En él no veo ningún argumento que sustente la necesidad de la “duna escalonada”, ni para el Mundial, ni para Santander, ni mucho menos para los santanderinos.
Lo único que veo en él, es prepotencia, actitud muy normal en un país como el nuestro, en que es norma de los políticos el lema tan español de: “defenderlo y no enmendarlo”. Cuando lo normal, y con lo que está cayendo, seria rectificar, como han hecho, o para ser mas exactos se han visto obligados a hacer, los Gobiernos Regional y Central con infinidad de proyectos importantísimos para el ciudadano y para el País, como han sido las suspensiones de los proyectos ya licitado para las carreteras (lo que sí que es grave) en nuestra Región y los que se encontraban en desarrollo en el resto del País.
Esos proyectos si eran importantes para los santanderinos, para los cántabros y para los españoles. La construcción de una “duna escalonada” en sustitución de unas magnificas naves en el Cear, las que cumplen a la perfección su misión, no tiene ningún valor para el Mundial, ni para la ciudad, solo será un monumento a la inutilidad y al ego. La “duna escalonada” no presenta, como Ud. insinúa, la oportunidad para mejorar Santander. Una cosa es la Mundial de Vela, y otra muy distinta, la reforma del Frente Marítimo que Ud. pretende. Al menos llame las cosas por su nombre, pero no nos tome por lo que no somos.
La “duna escalonada” no tiene ningún valor para el Mundial, ni para los ciudadanos, y no supone ninguna oportunidad para la ciudad, es sencillamente un despilfarro del dinero público, ese que en estos momentos tanto nos cuesta a los ciudadanos ganar con el sudor de nuestra frente. Cuente Ud. a los millones de parados, y también a los afortunados que aun mantiene su empleo, que esta "duna escalonada" es una oportunidad para Santander y los santanderinos, pero con argumentos, no como lo hace en su artículo del pasado día 19.
Sobre la importancia del creador del proyecto, el Sr. Zeara, no cabe duda que este la tiene, pero sería bueno que releyese la opinión del arquitecto cántabro Sr. Domingo de la Lastra Valdor, expresada públicamente en la página 29 del Diario Montañés del día 31 de Marzo de este año, donde dice cosas muy interesantes a nivel profesional y administrativo, las que nunca no tuvieron respuesta alguna desde la administración.
Como soy mayor que Ud., tengo en mi memoria, como muchos de los santanderinos de mí época, magníficos recuerdos de los buenos momentos que disfrutábamos paseando por los muelles, en toda la extensión de los mismos, desde San Martin hasta el barrio Pesquero. Unos magníficos recuerdos, de buenos momentos que junto con mis amigos y con mis padres he tenido paseando por los muelles viendo los barcos amarrados en ellos, recuerdos de los magníficos momentos que pase jugando en ellos sobre los troncos que traían el “Rita García”, el “Socogui” y el “Munisa” para la Marga. En donde el olor tan agudo que desprendían estos, junto con la humedad de nuestra ciudad y sobre todo las cuevas que se formaban entre ellos, donde jugábamos, me hacían imaginar, como a todos los niños de aquel tiempo, grandes hazañas en los países remotos de donde procedían los mismos.
Vivimos muelles sin terminar, donde el “Villa Marion” permanecía amarrado mes tras mes, estimulando nuestra imaginación al ver aquel tremendo barco permanecer impasible en aquella “playa de piedra” donde se encontraba, la que era una parte sin construir de nuestro muelle.
Aun mantengo viva en mi retina la imagen del incendio en el “Arpalion”, el que obligo a realizar parte de su descarga y depositarla en el muelle, afortunadamente sin las consecuencias de lo ocurrido con la del “Machichaco”. Suceso este que supuso la mayor catástrofe ocurrida en nuestra ciudad a la largo de su dilatada historia. ¡Hasta tal punto vivíamos los santanderinos nuestros muelles!. Hoy gran parte de nuestros jóvenes desconocen esta enorme tragedia, que en su momento, y para siempre, marco a nuestra Ciudad. Hoy la mayor parte de estos desconocen completamente los muelles santanderinos.
También recuerdo con nostalgia las escasísimas veces que burlando al vigilante podía, con mis amigos, subirme a los estribos del mercancías que pasaba por ellos, lo que para todos los que lo conseguían, suponía una proeza. Pero sobre todo recuerdo los extraordinarios momentos que, cuando navegando como oficial en el “Covadonga”, trasatlántico asiduo visitante de nuestra ciudad durante muchísimos años, pasaba en el muelle cuando me venían a recibir y a despedir en mis viajes a América.
Los Santanderinos hemos disfrutado intensamente de los muelles de nuestra bahía, los que formaban parte de nosotros mismos y eran esencia viva de los santanderinos de aquella época, y anteriores.
Los santanderinos conocíamos los nombres de los barcos que nos visitaban, la de los Correos que tenían su base en nuestra ciudad, la de los barcos de Campsa que fondeaban en la misma, disfrutábamos de los costeros que hacían su arribada en la bahía cuando el mal tiempo les impedía realizar su cabotaje. Desgraciadamente ahora no es así. De la noche a la mañana se nos coloco una verja, la que contra nuestra voluntad nos apartaba de ellos, consiguiendo con ella el desvincularnos de algo que formaba parte de nuestra vida cotidiana. Ahora la ciudadanía no vive, ni vivirá como nosotros lo hicimos, esta simbiosis maravillosa con una parte viva de la ciudad, como eran los muelles, o mejor dicho, las “Machinas”, nombre característico y único en nuestro país, dado por los santanderinos a los muelles de Santander para definir a estos. Hoy pocos jóvenes conocen este vocablo, único y característico, usado para definirlos. Hasta ese punto los santanderinos vivíamos los muelles.
¡Como nos cuidan los políticos!, los que después de quitárnoslos, ahora pretenden vendernos que nos devuelven parte de ellos. Nunca acabaremos de agradecerles sus desvelos y preocupaciones por nosotros. Para ello aprovechan el Mundial de Vela, que gran paradoja. Gracias a Uds. dejamos de vivir los muelles en Santander.
Como Ud. sabe el CAR de Vela esta en Santander como consecuencia de la petición que el D. Jesús Mora y yo mismo realizamos a la RFEV. El que al final se construyese en nuestra ciudad fue un camino lleno de espinas que duro más años de los deseados y de los necesarios.
En un principio el Ayuntamiento formo parte del Patronato que lo regia, aportando para su construcción una enorme suma el dinero de nuestros impuestos, para poco después abandonar este, sin más, hace ya años, desvinculándose el Ayuntamiento completamente de la gestión del CAR. Perdiendo con ello los santanderinos la esencia con que fue traído a nuestra ciudad, y que no era otra que la de acercar la vela al santanderino. ¿Dónde están las opciones para los santanderinos de navegar en los barcos del CAR que se aprobaron por el Ayuntamiento? Nunca un santanderino ha podido alquilar una embarcación de las que se compraron para ello. Nunca los santanderinos hemos podido disfrutar de la instalación como se pretendía en su inicio. Ahora el CAR pertenece a la RFEV, y el acceder a él es, en el mejor de los casos, difícil.
El Car se inauguro en el 1995. Desde esa época se podían haber abiertos los espacios públicos que posee a los ciudadanos, pero estos han estado cerrados a los mismos desde entonces y aun siguen estando cerrados. Raro, Raro el que se acuerden del Mundial para abrir los muelles al pueblo. Para nuestra desgracia, también seguirán cerrados después del Mundial. Me imagino el botellón en su pleno apogeo haciéndose dueño de la “duna escalonada”, esto si será lo que la ocupe ese monumento al ego. Los amantes de esta actividad, trasladaran con gran alegría su lugar de botellón actual, las escaleras de la Escuela de Náutica a las gradas de la duna, la distancia es mínima. Esto si acercara los muelles a los jóvenes, pero de una forma completamente distinta.
Informarle desde estas líneas que de nuestra Ciudad, antes de que existiese el Car, han salido el mayor número de Olímpicos de Vela, de Campeones del Mundo y de Europa y de Subcampeones de Europa, así como de Campeones de España en las múltiples disciplinas que existen en el deporte de la Vela, que a partir de la existencia del Centro de Alto Rendimiento.
Penoso es que un lugar que es patrimonio de todos, como lo es el Dique de Gamazo, se encuentre en el abandono en que se encuentra. Una joya como es el Dique y su Casa de Bombas, se encuentran en unas condiciones lamentables, de la que son responsables los organismos de los que depende. Desde el 95 se ha tenido tiempo más que suficiente para mantenerle, al menos, en condiciones aceptables.
Lo que sí es lamentable es que uno de los escasos vestigios de la construcción industrial de principios del siglo XX, como son las naves que se encuentran en el Dique de Gamazo y que han sido completamente remozadas en 2009, ahora se pretendan destruir para edificar la “duna escalonada”. Estos son los escasos vestigios que aún quedan en nuestra ciudad de una época en que esta aun vivía de cara al mar. Eso es lamentable Sr. Alcalde. Nuestra historia es la que es, y no hay que renegar de ella. Mantengamos nuestro patrimonio cultural. No vaya a ser que pase como con el edificio de la Diputación en Puerto Chico. El que se tiro, y desde hace años solo es un solar donde se aparcan coches.
Lo que afirma sobre la concesión del Mundial a nuestra ciudad ante otras ciudades candidatos, no las tengo todas conmigo. Conozco las otras sedes y desde luego su potencial. Varias han sido sedes Olímpicas, lo que representa una opción más que importante para la concesión de un Mundial de Vela, evento que por otra parte tiene un escaso bagaje histórico (comenzó a realizarse en Cádiz en 1992 con el formato actual, hasta entonces cada clase lo hacía independientemente). Todas estas ciudades vieron a tiempo lo que se venía encima con la crisis, mientras que los políticos de Santander estaban como locos buscando un evento internacional para Santander, el que no conseguían por ningún lado tras el fracaso del intento de concesión de Capital Cultural a la nuestra.
La ISAF no nos concedió el Mundial por la “duna escalonada”, ni por la remodelación del frente marítimo. Eso a la ISAF le importa un bledo Sr. Alcalde, lo sabe tan bien como yo. Otros fueron los parámetros, esos Ud. los sabe mejor que yo.
Tampoco, por suerte o por desgracia, un Mundial de Vela no es uno de Futbol, ni una final de la Davis, ni una carrera de Fórmula Uno, o de Motos. Un Mundial de Vela es otra cosa, y otra cosa es también, el que se mezcle el Mundial de Vela con la remodelación del frente marítimo como Ud. quiere hacer en colaboración de otros Organismos. Lo que sí es verdaderamente importante para un Mundial de Vela, es que las rampas y los fondos de Puerto Chico dejen de estar como hasta ahora están, impracticables en media marea y bajamar. Lo que desde los medios se viene denunciando constantemente, y de lo que nadie se ocupa para desgracia de los que navegamos, eso sí es importante para un Mundial de Vela.
Solo una observación a sus números sobre las virtudes del CAR, los que serán fieles y exactos, como no podía ser de otra manera, pero a los que la realidad, que es muy tozuda pone en su justo término. En esto, como en otros muchos aspectos de la vida, dos más dos no son cuatro. Los grandes números, que tanto se complacen los políticos en usar para lardear de sus logros, se vuelven contra quien los muestra. Esos números inmensos indican por si solos que algo falla en nuestro deporte y en los que le dirigen. Afortunadamente para mí, que a mis 65 años aun puedo regatear todos los domingos del año en Vela Ligera, solo veo entre 4 y 8 tripulaciones navegando, esto suponen entre 8 y 16 deportistas de vela ligera practicando este deporte en nuestra bahía. Le aseguro que en múltiples ocasiones tengo que ejercer toda mi influencia para que esta escasísima participación se mantenga. En ocasiones extraordinarias, no más de dos veces al año, llegan a juntarse 300 deportistas en las regatas locales, aunque para ello vienen también de otras regiones. Algo falla en la actividad del centro que no es capaz de que de los 25.000 que dice reciben el bautismo de mar y de los 16000 cursos realizados, - si hace una pequeña reflexión, comprobara que salen a 1,25 alumnos por curso, por lo que creo le han informado, en su afán de agradarle, mal sus asesores - sean tan pocos los que persisten, solo 16 practicantes de Vela Ligera en las regatas.
Con solo que parte de los iniciados en el CAR acudiesen a ver el Mundial, no solo se llenaría esa “duna escalonada” (y por las dos caras) sino que harían falta decenas como ella. Ojala nuestra eso fuese cierto en nuestra Ciudad y en nuestro País.
Por ello sería interesante analizar porque pasa esto, y porque el Ayuntamiento se fue del Patronato haciendo dejación de la enorme inversión de nuestro dinero que realizo en el CAR, dejando a los santanderinos sin un centro deportivo municipal de vela, como quiso ser el CAR en su inicio. No estaría mal un poco de autocrítica en vez de tanta autocomplacencia.
Miles de visitantes tuvo Santander con la Regata Catty Sarkh. Toda España vivió nuestros muelles y nuestra ciudad. Los muelles, en los que no cabía un alfiler, volvieron a ser patrimonio de los santanderinos y se llenaron de vida. Esta iniciativa, que si que de verdad acerca los mueles a los ciudadanos, nunca ha vuelto a repetirse. Aquello si producía empleo y vivencias únicas. Las regatas de mi deporte, la Vela, la experiencia nos dice que pocos serán los que las vivan.
Las medidas de seguridad que conllevará el Mundial, y a las que no todos los santanderinos podrán acceder, será un hándicap para los que pensando otra cosa quieran contemplar este evento. Esto lo conozco directamente, no me lo han contado, las he sufrido, si, la palabra es sufrido, en mis propias carnes. A las personas sin acreditación les será imposible acceder. Los eventos multitudinarios abiertos se acabaron después de la matanza efectuada en las Olimpiadas de Múnich. Los exhaustivos controles, por los que he tenido que pasar para acreditarme en los eventos de este tipo en los que he participado no son corrientes, y desde luego, el ciudadano de a pie no tendrá opción de pasarlos. Si estos, si al final deciden ir a ver las regatas, no tendrá otra opción que contemplar las competiciones del Mundial desde Reina Victoria, el Faro de Cabo Mayor o el Palacio de la Magdalena (desde donde tendrán la seguridad de verlos estupendamente), y si tiene, también lo podrán hacer desde una embarcación, eso sí, lejos del campo de regatas, donde no se podrá entrar.
Esperemos que el lema con el que se ha inundado a nuestro transporte público “Santander a toda Vela”, no se convierta en otro, más acorde con los tiempos que vivimos, y que puede ser, Dios no lo quiera, de seguir la crisis como hasta, el de “Santander a dos Velas”.
José Francisco García de Soto y de la Roza
Olímpico de Vela